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La procesion de la Santuca 2 |
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Una vez más, los lebaniegos sobrecogen con su devoción a quienes los visitan en esta época del año con la más grande procesión de todo el país, la de su patrona, Virgen de la Primavera, Virgen de la Luz, cuyo nombre llevan con orgullo las muchas lebaniegas que ayer celebraban su santo.
Entremezclados en la multitud de romeros se encontraban gentes de toda la geografía cántabra y peninsular. Muchos de ellos, madrileños, rindieron homenaje a la Santuca en este 2 de mayo, bicentenario de los caídos en aquellas tierras y que Goya reflejó en su obra pictórica. La jornada comenzó en el 'Valle Estrechu' con la celebración de una misa en la Iglesia de Aniezo a la que, como viene siendo habitual, asistió José Joaquín Martínez Sieso, ex presidente de la región.
Cuatro valles
Llegadas las 8 en punto, la Santuca comenzó su viaje al encuentro de la Cruz que mora en el Monasterio de Santo Toribio, custodiada por los cofrades de una de las cofradías más antiguas de España, la de la Santísima Cruz. Para ello sus fieles la hicieron cruzar cuatro valles precedida por cuatro gigantescos pendones.
En cada límite municipal, el canto constante de la salve que Elías Hoyal, arcipreste de Liébana, no cesó de entonar, se fundió con el choque de los bastones de los regidores de la comarca. Los primeros en dar el chasquido fueron los de Cabezón y Cillorigo de Liébana, Manuel Heras y Jesús María Cuevas, quien a continuación repitió el ritual con Javier Gómez, su homólogo de Potes, y por último Óscar Casares, teniente de alcalde de Camaleño, valle en el que se encuentra el monasterio.
Manto verde
La multitud que iba creciendo a medida que se acercaba a la capital de comarca, se detuvo frente a la Residencia Félix de las Cuevas donde los lebaniegos de edad más avanzada rezaron entre lágrimas a su Santuca, como la llaman con cariño.
En torno a las 12 del mediodía la Señora de la Primavera, con su manto verde, llegó a la explanada del monasterio.
Una vez realizado el encuentro entre la Madre y el Hijo simbolizado en el Lignum Crucis, la Virgen de la Luz entró siguiendo a la Cruz hasta el interior de la iglesia.
Allí, Vicente Zamora, obispo de Santander, presidió la misa solemne en la que concelebraron todos los párrocos de la comarca de Liébana, Luis Domingo Gaya, guardián de los franciscanos, y demás sacerdotes venidos de otros puntos de Cantabria.
La vuelta
Una vez finalizado el culto, la Santuca inició su retorno hasta Aniezo, pasando por la iglesia parroquial de Potes. Parada obligada para rezar el rosario antes de emprender su vuelta a Aniezo.
Allí finalizará su novena y emprenderá mañana, domingo, su regreso por el 'Valle Estrechu' hasta su ermita de las cumbres en Peña Sagra, a 1.400 metros de altitud, finalizando así su tradicional recorrido.
PILAR G. B. |
| Palabras clave: |
virgen, santuca |
| Fecha: |
05.05.2008 11:19 |
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